sábado, 1 de febrero de 2014

Ceres. M.

Estoy en Ceres. El día (con su noche) dura algo más de 9 horas. Llueve todo el rato y a la vez está despejado. Pero la temperatura no sube de los -50º. Nadie puede imaginar que aquí se forman arco-iris de hielo, y caen como lanzas a la superficie, clavándose en ella. Pretendo dar un paseo estos días. Bueno, la verdad es que me he propuesto dar la vuelta completa a Ceres. Calculo que desde su ecuador tardaré aproximadamente cuatro meses terrestres. Para entonces, mi medida del tiempo habrá perdido todo sentido. Sobreviviré a base de pensamientos oscilantes y puntos fijos en el horizonte. Ceres tiene un satélite invisible de órbita excéntrica llamado M. Algunas veces se deja ver. Su interior arde debido a esa órbita tan irregular, lo intuyo. El caso es que los amaneceres aquí son preciosos. Hoy hay M. Nueva. No se ve, y su oscuridad invade toda forma de vida en Ceres.

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